Monday, April 27, 2020

Querido SARS-CoV-2.
Han sido semanas complejas desde que llegaste a nuestro país, sin duda apareciste cuando aún no nos terminábamos de levantar de una fuerte crisis interna, pero cuan visita
inesperada, irrumpiste en nuestras vidas para hacernos sentir que aún nos falta muchísimo para ser considerado un país desarrollado.
En estas semanas, has logrado movilizar y mostrarnos cuan vulnerable podemos ser, nos has llenado de nuestros propios miedos, enfrentándonos cara a cara con nuestra muerte,
has dejado en evidencia que pese a buscar firmemente la igualdad social seguimos siendo profundamente personalistas cuando de sobrevivir se trata, nos has mostrado que pese a
que estamos a dos semanas de la cruzada de amor llamada Teletón, nuestro personalismo ante situaciones de crisis se impone por sobre el bien común y por sobre toda razón.
Hoy nuestro pueblo se sume en el miedo emanado de la desinformación, los hogares se inundan de incertidumbre, dándonos la oportunidad de bajar la velocidad de la rutina para estar reunidos en familia, hablando, escuchándonos y reconectándonos, tal cual ocurría
años atrás cuando se cortaba la luz y se compartía en familia oyendo relatos y anécdotas de los mayores. Entre tanta revolución tecnológica, nos has desafiado a reunirnos, a
retomar los olvidados roles dentro de nuestras familias, los que por diversas razones han estado postergados, nos has puesto en la posición de contener, de amar y por sobre todo
el de estar”.
SARS-CoV-2, seguirán siendo semanas complejas mientras aun estés con nosotros, tu compañía seguirá estando presente por unos meses, nos seguirás reconectando con la
muerte, sobre todo la de los mas grandes entre nosotros, por ello, una vez más, nos seguirás obligando a pensar en el amor y el cariño que nos profesamos, seguirás dejando
en evidencia que cualquier política de Estado sucumbe ante el miedo, la paranoia y el individualismo, y recordándonos que ninguna destrucción viene desde afuera, si no desde
dentro de las propias organizaciones sociales.
¡Es que nos has enseñado tanto en tan poco! Por lo mismo, creo que tu misión en nuestro país tardará en terminar, has derribado los mitos de la xenofobia, mostrándonos
simbólicamente que un garante de la salud fue el primer contagiado, queriéndonos gritar frente a nuestros rostros que los sistemas de salud nos han dañado por años. Nos has
enseñado que fueron las clases acomodadas las primeras en contraer la enfermedad, listándonos a todos en un plano de la mas irrefutable paridad, reconociendo cuan vulnerables e iguales somos frente la muerte.
Querido SARS-CoV-2, tal como quemarse y devastar nuestras propias asperezas es doloroso, seguir viendo nuestra miseria también lo seguirá siendo, te abrazo y agradezco tu enseñanza, pero también te pido que te puedas dejarnos pronto, pues el dolor que nos has causado posiblemente no nos permita reponernos fácilmente de nuestra próxima enseñanza.
Ahora te suelto, SARS-CoV-2 puedes irte en paz.
César A. Segura S.
Santiago 17 de mar. de 20