Todo es marketing y marketing es todo
Bernardo Javalquinto | Fecha de Edición: 11-07-2013
Si preguntan qué es marketing, probablemente la respuesta dependerá de quien la hace y de las circunstancias del momento, podríamos contestar brevemente o bien dar una respuesta larga. Algunas personas están preparadas a contestar las preguntas de inmediato, especialmente si están en el rubro, pero otras no. Entonces, para los que no pueden responder de inmediato digamos ¿qué es marketing?
Primero, para responder y hacer esto muy simple significa “vender” o agregar valor a un producto. Hay empresas muy buenas y que no han tenido ninguna promoción y sus productos hablan por sí solos. También hay otras empresas que lo han hecho muy bien y al ver una imagen, un logo, una frase, sabemos perfectamente de cuál se trata.
Si el producto es muy bueno realmente no necesita ganar más clientes, pero si quieren crecer, sí necesitan del marketing. Por ello, el marketing se podría definir como el proceso de identificación, anticipación y satisfacción de la necesidad de los clientes “como un beneficio”, y la venta es parte del proceso y lo más importante es que están entrelazados de algún modo e inseparablemente.
Para vender más el marketing es necesario porque hay “un mercado” y sus productos son parte de él. Para ello, tenemos que conocer el mercado, como está cambiando y la mejor pregunta de todas, es saber ¿qué está pasando ahí afuera?
Tenemos que conocer el producto actual y modificarlo en función de las necesidades futuras para que podamos satisfacer la demanda del mercado. ¿Cómo puedo ofrecer mis productos y cuáles tendría que ofrecer el futuro? Además de lo anterior, tenemos que promocionar el producto dándolo conocer a los clientes o a los consumidores. ¿Cómo puedo demostrar a los demás lo que puedo vender? y finalmente cómo vender mi producto. En otras palabras, ¿cómo puedo convencer al mercado?
Una vez que tengamos estos elementos identificados y en especial “muy bien estudiados” podremos tomar decisiones bajo las premisas que están ahí en el mercado y frente a nosotros, esperando ser estudiados.
Muchas veces tenemos que hacer un marketing interno, los trabajadores son los que mejor saben lo que los clientes necesitan. Claro, tenemos que tener en cuenta que también tenemos productos que son tan fuertes y su objetivo final es tan selectivo que hace que los productos solamente se vendan para los privilegiados. Como la marca Ferrari que solo hace sus automóviles a quienes ellos quieren venderles uno a uno.
En la política es otra historia, el marketing político pasa la cuenta y hoy se la está pasando a este sector, hasta que hagan un gesto que los vuelva a enaltecer como verdaderos líderes que deberían ser, uno en el que prevalecen los intereses nacionales a los partidarios y personales. En noviembre, vamos a disfrutar de ver en nuestras vidas, el juicio a este cambio ciudadano que las autoridades públicas y privadas niegan reconocer y dar las oportunidades a los más desfavorecidos en el sistema democrático que su función es proteger, empoderar y enriquecer (calidad de vida) a los ciudadanos de un país.
Primero, para responder y hacer esto muy simple significa “vender” o agregar valor a un producto. Hay empresas muy buenas y que no han tenido ninguna promoción y sus productos hablan por sí solos. También hay otras empresas que lo han hecho muy bien y al ver una imagen, un logo, una frase, sabemos perfectamente de cuál se trata.
Si el producto es muy bueno realmente no necesita ganar más clientes, pero si quieren crecer, sí necesitan del marketing. Por ello, el marketing se podría definir como el proceso de identificación, anticipación y satisfacción de la necesidad de los clientes “como un beneficio”, y la venta es parte del proceso y lo más importante es que están entrelazados de algún modo e inseparablemente.
Para vender más el marketing es necesario porque hay “un mercado” y sus productos son parte de él. Para ello, tenemos que conocer el mercado, como está cambiando y la mejor pregunta de todas, es saber ¿qué está pasando ahí afuera?
Tenemos que conocer el producto actual y modificarlo en función de las necesidades futuras para que podamos satisfacer la demanda del mercado. ¿Cómo puedo ofrecer mis productos y cuáles tendría que ofrecer el futuro? Además de lo anterior, tenemos que promocionar el producto dándolo conocer a los clientes o a los consumidores. ¿Cómo puedo demostrar a los demás lo que puedo vender? y finalmente cómo vender mi producto. En otras palabras, ¿cómo puedo convencer al mercado?
Una vez que tengamos estos elementos identificados y en especial “muy bien estudiados” podremos tomar decisiones bajo las premisas que están ahí en el mercado y frente a nosotros, esperando ser estudiados.
Muchas veces tenemos que hacer un marketing interno, los trabajadores son los que mejor saben lo que los clientes necesitan. Claro, tenemos que tener en cuenta que también tenemos productos que son tan fuertes y su objetivo final es tan selectivo que hace que los productos solamente se vendan para los privilegiados. Como la marca Ferrari que solo hace sus automóviles a quienes ellos quieren venderles uno a uno.
En la política es otra historia, el marketing político pasa la cuenta y hoy se la está pasando a este sector, hasta que hagan un gesto que los vuelva a enaltecer como verdaderos líderes que deberían ser, uno en el que prevalecen los intereses nacionales a los partidarios y personales. En noviembre, vamos a disfrutar de ver en nuestras vidas, el juicio a este cambio ciudadano que las autoridades públicas y privadas niegan reconocer y dar las oportunidades a los más desfavorecidos en el sistema democrático que su función es proteger, empoderar y enriquecer (calidad de vida) a los ciudadanos de un país.
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