Mucho ruido pocas nueces
Bernardo Javalquinto | Fecha de Edición: 03-10-2013
Nuestro país está lleno de personas que dicen una cosa cuando quieren decir otra. Con mi experiencia de nacer y vivir en tantos países he logrado observar ese detalle. Es algo que está arraigado en el país, pero es nuestra cultura. No me representa para nada esta forma de ser, porque fui formateado de otra manera. Estos problemas de comunicación no siempre nacen de un deseo insidioso de engañar o confundir a las personas.
Desde mi punto de vista, este doble discurso puede ser dirigido por cortesía o por autodefensa, por miedo a decir la verdad. Por ejemplo, he podido observar, que la sinceridad puede resultar en el rechazo de las personas. Somos tan desconfiados a estas alturas que ya no creemos en nada. Como hoy en el país no hay una institución que se salve. Todas están pasando en puntillas a través de un campo minado de la insinuación y/o la implicación.
Tenemos que renovarnos y mirar nuevas alternativas lo que otra persona está realmente tratando de decir y, ver por ejemplo a los candidatos (as) presidenciables y al Congreso el que más te ofrece en algo, hay que tener cuidado. En mi opinión, los que han estado al servicio público por más de dos periodos los deberíamos enviar a sus casas y de los presidenciables hay solo uno de verdad.
Las mejores cosas de la vida son las que valen la pena de luchar por ellas, pero seguimos esperando que aparezca un líder de verdad, porque todo es una colocación de inconvenientes para llegar a ser un país desarrollado. Con esto, no me refiero a desvalorizar todo lo que viene en camino con facilidad gracias a personas buenas que si actúan por el bien de la sociedad, pero el sistema no los deja brillar.
Si a los ciudadanos les están ofreciendo algo en un plato de oro sin condiciones, creo que hay que tener cuidado, acabamos de pasar por eso. El informe de competitividad lo confirmó y el ranking de universidades lo reconfirmó. La ambición de muchos nos tiene en la incertidumbre y ya casi no vemos nada. Igual hay que ser valientes y que sin duda merece todo un esfuerzo y concentración. Los realities son del día a día y si uno ve la televisión nada “lo puede detener a uno” y decir vaya que interesante el progreso de nuestro país. Muy por el contrario solo vemos maravillas y los informes internacionales nos dicen otra realidad… ¿A quién terminamos creyendo?
Creo que merecemos algo mejor. Es insólito que pasen leyes y después nos comunican, debemos cambiar el modelo político y económico. Primero se debería consultar, debatir y luego, hacer la ley. Sería más tranquilizador, al menos para todos los animales del bosque. Por ello, no debemos usar como excusa para dormirse en los laureles, como muchos es muy posible que no cumplan con el verdadero potencial de su oportunidad de tan alta distinción de llegar al parlamento o al sillón presidencial. Ahora hay una gran necesidad de elegir bien porque la ciudadanía está molesta y va a castigar a los de aquí y a los de allá, por lo que realmente debe ser un derecho. Es más, incluso se puede justificar un modesto grado de sacrificio para el bien de la sociedad.
Desde mi punto de vista, este doble discurso puede ser dirigido por cortesía o por autodefensa, por miedo a decir la verdad. Por ejemplo, he podido observar, que la sinceridad puede resultar en el rechazo de las personas. Somos tan desconfiados a estas alturas que ya no creemos en nada. Como hoy en el país no hay una institución que se salve. Todas están pasando en puntillas a través de un campo minado de la insinuación y/o la implicación.
Tenemos que renovarnos y mirar nuevas alternativas lo que otra persona está realmente tratando de decir y, ver por ejemplo a los candidatos (as) presidenciables y al Congreso el que más te ofrece en algo, hay que tener cuidado. En mi opinión, los que han estado al servicio público por más de dos periodos los deberíamos enviar a sus casas y de los presidenciables hay solo uno de verdad.
Las mejores cosas de la vida son las que valen la pena de luchar por ellas, pero seguimos esperando que aparezca un líder de verdad, porque todo es una colocación de inconvenientes para llegar a ser un país desarrollado. Con esto, no me refiero a desvalorizar todo lo que viene en camino con facilidad gracias a personas buenas que si actúan por el bien de la sociedad, pero el sistema no los deja brillar.
Si a los ciudadanos les están ofreciendo algo en un plato de oro sin condiciones, creo que hay que tener cuidado, acabamos de pasar por eso. El informe de competitividad lo confirmó y el ranking de universidades lo reconfirmó. La ambición de muchos nos tiene en la incertidumbre y ya casi no vemos nada. Igual hay que ser valientes y que sin duda merece todo un esfuerzo y concentración. Los realities son del día a día y si uno ve la televisión nada “lo puede detener a uno” y decir vaya que interesante el progreso de nuestro país. Muy por el contrario solo vemos maravillas y los informes internacionales nos dicen otra realidad… ¿A quién terminamos creyendo?
Creo que merecemos algo mejor. Es insólito que pasen leyes y después nos comunican, debemos cambiar el modelo político y económico. Primero se debería consultar, debatir y luego, hacer la ley. Sería más tranquilizador, al menos para todos los animales del bosque. Por ello, no debemos usar como excusa para dormirse en los laureles, como muchos es muy posible que no cumplan con el verdadero potencial de su oportunidad de tan alta distinción de llegar al parlamento o al sillón presidencial. Ahora hay una gran necesidad de elegir bien porque la ciudadanía está molesta y va a castigar a los de aquí y a los de allá, por lo que realmente debe ser un derecho. Es más, incluso se puede justificar un modesto grado de sacrificio para el bien de la sociedad.
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