Integración latinoamericana
Bernardo Javalquinto | Fecha de Edición: 13-02-2014
Las economías en Latinoamérica son un juego para el planeta en general, todas las economías son un juego, ya que no tienen ninguna relevancia en el mundo económico global y la carga que tiene es una población de casi 700 millones de habitantes aproximadamente (hoy) y para el año 2050 se estima que la población alcanzará 900 millones de habitantes de los cuales más del 50 por ciento vive en extrema pobreza.
Si algún día queremos jugar un rol importante en la economía global, debemos concentrarnos en erradicar la pobreza, para que toda esa gente que vive el día a día pueda convertirse en potenciales consumidores y realmente poder competir con la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, China y la mayoría de los países emergentes, que ya nos sobrepasaron hace tiempo.
Pero cómo solucionamos todos esos problemas si la de educación en nuestros países es tan mediocre y de tan mala calidad, y por qué no decirlo, totalmente obsoleta.
En ese sentido, a modo de ejemplo, podemos decir que sólo en la empresa IBM de computadoras las ventas anuales son mucho más altas que todo lo que sumamos en el Producto Interno Bruto (PIB) de nuestra nación.
Marubeni, que es una distribuidora de vehículos japonesa a nivel global también es más grande que nuestro PIB. Y si seguimos incrementando en un cinco por ciento anual el presupuesto de la nación, le puedo adelantar que realmente va a costar mucho llegar a ser un país desarrollado y con una nula visión a largo plazo, como muchos países.
Hasta los países emergentes con los cuales teníamos superioridad como los asiáticos, hoy ya nos superan. Sólo ver cómo Singapur en 20 años ha logrado mucho más de lo que nosotros hemos avanzado en 200 años y, sin ir más lejos, de qué sirve tener tantos Tratados de Libre Comercio (TLC), cuando las cosas que hacemos son tan malas que ni siquiera aceptan nuestros productos en los países desarrollados.
Tampoco tenemos industria manufacturera, la salud sigue igual con las listas de espera y lo único rescatable es el AUGE que se generó durante el gobierno de Ricardo Lagos, así como también, los viajes de la tercera edad, hoy totalmente desvirtuados, se logró ver cómo Chile avanzó enormemente en una agenda pro crecimiento, con un trabajo conjunto entre los sectores público y privado.
Pero hoy qué es lo que se ve en términos generales. Un país sucio, corrupto, con abusos financieros que da vergüenza nombrarlos, una falta de respeto por la calidad humana, y lo peor de todo, es que todos somos tan poco preocupados, porque con la mala distribución del ingreso que tenemos en nuestro país es tan grande que sólo vivimos pensando en pagar las cuentas y cuando las pagamos ya nos están llegando nuevamente las del mes siguiente.
Entonces, como hay un grupo al que no les afectan esos problemas, realmente, eso no hace noticia. Si realmente queremos que nuestras economías crezcan, tenemos que comenzar a pensar que las regiones puedan crecer primero. Si no hay un énfasis en el regionalismo que fue el compromiso que hizo Chile ante la OCDE, es mejor sentarse a ver cómo nuestro país, en vez de ponerse a la altura de países desarrollados, siempre está mirando a los países que son menos que nosotros y nos ponemos a la altura de ellos.
Ni siquiera hablar de la modernización del Estado, ya que al final tampoco, con lo que se le paga a la gente les da lo mismo si las cosas resultan o no, y para que decir el sector privado.
Si algún día queremos jugar un rol importante en la economía global, debemos concentrarnos en erradicar la pobreza, para que toda esa gente que vive el día a día pueda convertirse en potenciales consumidores y realmente poder competir con la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, China y la mayoría de los países emergentes, que ya nos sobrepasaron hace tiempo.
Pero cómo solucionamos todos esos problemas si la de educación en nuestros países es tan mediocre y de tan mala calidad, y por qué no decirlo, totalmente obsoleta.
En ese sentido, a modo de ejemplo, podemos decir que sólo en la empresa IBM de computadoras las ventas anuales son mucho más altas que todo lo que sumamos en el Producto Interno Bruto (PIB) de nuestra nación.
Marubeni, que es una distribuidora de vehículos japonesa a nivel global también es más grande que nuestro PIB. Y si seguimos incrementando en un cinco por ciento anual el presupuesto de la nación, le puedo adelantar que realmente va a costar mucho llegar a ser un país desarrollado y con una nula visión a largo plazo, como muchos países.
Hasta los países emergentes con los cuales teníamos superioridad como los asiáticos, hoy ya nos superan. Sólo ver cómo Singapur en 20 años ha logrado mucho más de lo que nosotros hemos avanzado en 200 años y, sin ir más lejos, de qué sirve tener tantos Tratados de Libre Comercio (TLC), cuando las cosas que hacemos son tan malas que ni siquiera aceptan nuestros productos en los países desarrollados.
Tampoco tenemos industria manufacturera, la salud sigue igual con las listas de espera y lo único rescatable es el AUGE que se generó durante el gobierno de Ricardo Lagos, así como también, los viajes de la tercera edad, hoy totalmente desvirtuados, se logró ver cómo Chile avanzó enormemente en una agenda pro crecimiento, con un trabajo conjunto entre los sectores público y privado.
Pero hoy qué es lo que se ve en términos generales. Un país sucio, corrupto, con abusos financieros que da vergüenza nombrarlos, una falta de respeto por la calidad humana, y lo peor de todo, es que todos somos tan poco preocupados, porque con la mala distribución del ingreso que tenemos en nuestro país es tan grande que sólo vivimos pensando en pagar las cuentas y cuando las pagamos ya nos están llegando nuevamente las del mes siguiente.
Entonces, como hay un grupo al que no les afectan esos problemas, realmente, eso no hace noticia. Si realmente queremos que nuestras economías crezcan, tenemos que comenzar a pensar que las regiones puedan crecer primero. Si no hay un énfasis en el regionalismo que fue el compromiso que hizo Chile ante la OCDE, es mejor sentarse a ver cómo nuestro país, en vez de ponerse a la altura de países desarrollados, siempre está mirando a los países que son menos que nosotros y nos ponemos a la altura de ellos.
Ni siquiera hablar de la modernización del Estado, ya que al final tampoco, con lo que se le paga a la gente les da lo mismo si las cosas resultan o no, y para que decir el sector privado.
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