El Libertador / Opinión

China y el cobre

 Bernardo Javalquinto | Fecha de Edición: 08-11-2012

Las personas no pueden ser justas o injustas. Todo depende de cómo actúan y la gente les juzgará, por lo que hacen. Uno está bajo ninguna obligación de impartir justicia o incluso a actuar con la razón. Porque no nos corresponde. Existen instituciones que lo deberían hacer.  Respecto de lo último uno tiene la obligación moral de actuar bien, justicia es dar a cada uno lo que se merece, muchos afirman que existe una ley natural, que rige nuestro actuar moral. Es universal pues rige a todo ser humano, detrás de las instituciones están las personas que las dirigen y son los primeros obligados a actuar bien, pues sino; no se puede esperar ni exigir que funcionen. Muchas personas se consideran excusados de cualquier requisito social, y parecen limpiar de lejos con sus actos un egoísmo asombroso, así que ¿por qué no habría de hacerlo? Pero entonces, "hacer lo correcto". “Supuestamente, pero no lo hacemos para sentirnos bien, es nuestro ‘deber’ si se entiende existencia de una ley natural”. Eso es lo que estamos haciendo ahora en el país, ¿no es así? Un ejemplo: Chile está confiando demasiado en la economía china debido a que son nuestros principales socios en la exportación de cobre. Si la economía china se desacelera; nosotros nos vamos a ver en muy serios problemas. Recientemente, “La fiebre de cobre o el errado camino al desarrollo” de Rodrigo Díaz C., explica que debido a que Chile no tiene empresas manufactureras y no se invierte dinero en el Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i), si la economía china reduce su ritmo de crecimiento, va a comprar menos cobre, que es nuestra única fuente de ingreso real. Conocida como el mal holandés, vemos lo que nos va a ocurrir.
Hay que recordar que de cinco dólares producidos en Chile, uno se exporta (básicamente cobre bruto, muy poco en frutas, vino, celulosa y los restantes cuatro se quedan aquí en Chile (French-Davis Cepal) y esos cuatro dólares que se quedan son las Pymes, que no pueden competir a nivel mundial, porque no pueden cumplir con las normas ISO que la mayoría de las sociedades desarrolladas exige a los productos chilenos como entrada para su países.
Entonces, si nos preguntamos ¿estamos diversificando nuestras inversiones o solo estamos poniendo todos los huevos en una canasta? Un país debe invertir en la industria manufacturera, debe invertir en educación de calidad, incluyendo I+D+i, y no lo hacemos. Si un país quiere progresar, debe hacer lo que están haciendo en los países desarrollados. Debe existir un equilibrio en el desarrollo humano. Lamentablemente, hemos dejado que el mercado decida y el mundo no funciona de esa manera. Pero al parecer las decisiones dan lo mismo “apostar y poner todos los huevos en una canasta es muy peligroso”. Usted juzgue. El ser humano esta primero: “Humana Primum”