Conservadores versus liberales
Bernardo Javalquinto | Fecha de Edición: 15-11-2012
Por una parte, los conservadores en todo el mundo se identifican por seguir la escuela de pensamiento de la Universidad de Chicago, que representa el pensamiento relacionado a las personas con tendencias de derecha y centro. Se identifican con la teoría clásica económica de Adam Smith, también está relacionada con “la mano invisible”, “laizzez-faire”, “capitalista” o “monetarista”, en otras palabras tener un Banco Central que controla las políticas monetarias, para controlar la inflación; entre alguna de ellas.
Esta corriente, también es conocida por el mito de los “Chicago Boys” o por el Premio Nobel de Economía a Milton Friedman. Sus principios básicos son el libre mercado, no intervención del gobierno en la política económica del país y piensan que principalmente el sistema económico busca su propio auto-equilibrio. Muy definido por los capitalistas poderos.
Por otra parte, se encuentra la corriente Liberal, relacionada básicamente a la Universidad de Harvard, que tiene un pensamiento más bien progresista, liberal, neoliberal o keynesiano, definidos por los socialdemócratas, clase media, centroizquierda e izquierda y sostienen que el gobierno tiene que intervenir en los asuntos económicos especialmente aplicando las políticas fiscales para controlar la economía, dado que el pensamiento clásico no logra controlar las “externalidades” del sistema económico.
Los economistas clásicos asumen que el modelo logra encontrar su propio auto-equilibrio y eso podría ser así, si la gente fuera ética y moralmente correcta. Pero el egoísmo, la avaricia y el poder son más fuertes y lo corrompen. Por otra parte, la liberal sola controla mucho y no permite la libre competencia y la regulación le hace daño a la economía.
Hoy, enseñan, que ninguna de las dos actuando sola puede lograr un auto-equilibrio, es decir, que conservadores, clásicos, capitalistas, monetaristas, liberales, neoliberales o keynesianos o como quieran llamarse, pueden aplicar una política sin tener que mezclar una con la otra. En nuestro país tomó casi 200 años entender esto y aun cuesta.
Debemos tener claro que el éxito de nuestro país se dio bajo la asesoría del Banco Mundial aplicando una política de una “economía abierta y libre de mercado mixta” basada en las exportaciones de recursos naturales y otros commodities, esto porque mezclamos las políticas monetarias y fiscales.
Para poder controlar las externalidades del modelo clásico, el gobierno debe intervenir con criterio para ejecutar políticas económicas sociales adecuadas: tener una educación de calidad (la bibliografía de nuestras universidades está obsoleta casi en 30 años o más), reducir el desempleo, hacer crecer el país, dar bienestar a la sociedad, la salud, velar por el medio ambiente, por las personas de tercera edad, y muchas cosas más. En síntesis, si no entendemos esto, que es lo básico, difícilmente vamos a poder invertir en Investigación, Desarrollo e Innovación, que es el único camino al progreso y más aún “velar por el ser humano”. Las autoridades, académicas, parlamentarias, políticas, empresariales y el público en general deben aceptar este paradigma o de lo contrario, la ciudadanía seguirá castigando con los votos a las personas que no entiendan. Solo con la voluntad de todos lo lograremos. Humana Primum
Esta corriente, también es conocida por el mito de los “Chicago Boys” o por el Premio Nobel de Economía a Milton Friedman. Sus principios básicos son el libre mercado, no intervención del gobierno en la política económica del país y piensan que principalmente el sistema económico busca su propio auto-equilibrio. Muy definido por los capitalistas poderos.
Por otra parte, se encuentra la corriente Liberal, relacionada básicamente a la Universidad de Harvard, que tiene un pensamiento más bien progresista, liberal, neoliberal o keynesiano, definidos por los socialdemócratas, clase media, centroizquierda e izquierda y sostienen que el gobierno tiene que intervenir en los asuntos económicos especialmente aplicando las políticas fiscales para controlar la economía, dado que el pensamiento clásico no logra controlar las “externalidades” del sistema económico.
Los economistas clásicos asumen que el modelo logra encontrar su propio auto-equilibrio y eso podría ser así, si la gente fuera ética y moralmente correcta. Pero el egoísmo, la avaricia y el poder son más fuertes y lo corrompen. Por otra parte, la liberal sola controla mucho y no permite la libre competencia y la regulación le hace daño a la economía.
Hoy, enseñan, que ninguna de las dos actuando sola puede lograr un auto-equilibrio, es decir, que conservadores, clásicos, capitalistas, monetaristas, liberales, neoliberales o keynesianos o como quieran llamarse, pueden aplicar una política sin tener que mezclar una con la otra. En nuestro país tomó casi 200 años entender esto y aun cuesta.
Debemos tener claro que el éxito de nuestro país se dio bajo la asesoría del Banco Mundial aplicando una política de una “economía abierta y libre de mercado mixta” basada en las exportaciones de recursos naturales y otros commodities, esto porque mezclamos las políticas monetarias y fiscales.
Para poder controlar las externalidades del modelo clásico, el gobierno debe intervenir con criterio para ejecutar políticas económicas sociales adecuadas: tener una educación de calidad (la bibliografía de nuestras universidades está obsoleta casi en 30 años o más), reducir el desempleo, hacer crecer el país, dar bienestar a la sociedad, la salud, velar por el medio ambiente, por las personas de tercera edad, y muchas cosas más. En síntesis, si no entendemos esto, que es lo básico, difícilmente vamos a poder invertir en Investigación, Desarrollo e Innovación, que es el único camino al progreso y más aún “velar por el ser humano”. Las autoridades, académicas, parlamentarias, políticas, empresariales y el público en general deben aceptar este paradigma o de lo contrario, la ciudadanía seguirá castigando con los votos a las personas que no entiendan. Solo con la voluntad de todos lo lograremos. Humana Primum
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