Ahora “si” La Modernización del Estado: Un desafío pendiente

Ahora “si” La Modernización del Estado: Un desafío pendiente

Por Bernardo Javalquinto
Economista

Viernes, 15 de Octubre de 2010

El presidente fue muy claro en sus últimas declaraciones “ahora nos vamos a poner al nivel que debemos estar y no permitiremos el trato inhumano”. Desde el año 2000 que hemos conocido las distintas estrategias que el Estado ha buscado implementar con el fin de establecer una agenda real de modernización. Esto, con el objetivo de insertar a nuestro país en el contexto del primer mundo. Lamentablemente, los resultados de dichas estrategias no han sido lo que se esperaba, tanto por el énfasis que se le ha dado a esta agenda como también a que se han orientado a dar respuesta a las necesidades de corto plazo de la agenda política. Cuando las autoridades realizan un balance respecto de lo realizado en este ámbito, centran sus logros de modernización en hitos como la reforma previsional o la ley de transparencia, destacan los avances en la pseudo legislación medio ambiental y los proyectos de ley asociados a la modernización del gobierno corporativo de la principal empresa de propiedad del Estado, CODELCO, con el fin de sacarla del anquilosamiento en esquemas de gestión y administrativos ya obsoletos, pero que no se orientan en aprovechar el potencial de la empresa para aumentar su valor agregado y su productividad. De la misma manera, los avances del Estado en gobierno electrónico, a través de la implementación de la ventanilla única o el mejoramiento de las herramientas fiscalizadoras de la CONAMA o el SII tampoco son suficientes al momento de analizar el éxito de las políticas implementadas. Una verdadera modernización requiere de políticas públicas que sean capaces de transformar al Estado de manera global, esto es, que permitan cambiar la cara con que nuestro País enfrenta los desafíos de la globalización, y dichas políticas implican cambiar practicas instauradas por décadas, tanto en el ámbito público como privado. Una modernización real del Estado implica mejorar los niveles de competitividad de nuestra economía y centrar los esfuerzos de transformación hacia un Estado al servicio de los ciudadanos. En este sentido, hay tres áreas donde se hace indispensable concentrar los esfuerzos para lograr una modernización real del Estado: Inversión en Investigación, Desarrollo e innovación, el mercado Laboral; la competitividad, productividad y regulación del mercado interno; y el sistema educacional chileno. Mercado Laboral Actualmente, una de las principales limitantes de nuestra competitividad está en la rigidez de nuestro sistema laboral. Se requiere reformar y dar mayores posibilidades de flexibilidad, fomentando el ingreso de los jóvenes al mercado laboral, eliminando la fuerte barrera de salida que representan los altos costos de indemnización y permitiendo mejorar las condiciones de la negociación colectiva, generando escenarios donde exista una real capacidad igualitaria de negociación entre las partes. Sin embargo, mayor flexibilidad laboral necesariamente debe ir a la par de un sistema de protección que mejore las condiciones del seguro de desempleo y otorgue seguridad al trabajador de la protección de sus derechos laborales. Crecimiento e Indicadores de productividad y eficiencia La tendencia de alto crecimiento que experimentó nuestro país durante la década de los 90’ se ha visto estancada fuertemente durante los últimos años. Aun cuando no se puede desconocer los logros asociados al mejoramiento de las condiciones de nuestro país frente a los competidores extranjeros, y la gran apertura comercial que se ha desarrollado, aún existen focos de ineficiencia en sectores productivos y de inequidades y desequilibrios microeconómicos, a través de altos subsidios del Estado a los productores, con el fin de mejorar las condiciones de atractividad de dichos sectores, pero donde no se generan ganancias sociales, ya que los beneficios de las economías de escala que se producen o del mayor nivel de utilidades que se reciben no son percibidos por los ciudadanos comunes. Tal es el caso de sectores como las telecomunicaciones, donde a pesar de existir un alto nivel de penetración del mercado, los costos a los consumidores se mantienen altos respecto de otros países. De la misma manera, el sector bancario, aun cuando presenta niveles de solidez y responsabilidad financiera entre los mejores del mundo, no traspasa efectivamente dichos beneficios a sus clientes, lo cual entrega argumentos que son utilizados en la discusión política, y que desvirtúan los beneficios del mercado como regulador. Por lo mismo, un Estado moderno requiere de herramientas de fiscalización efectivas, donde se orienten los esfuerzos hacia conseguir entregar los beneficios del libre mercado a los ciudadanos comunes.
Sistema Educacional Es fundamental mejorar las condiciones del sistema educacional chileno, pero no desde el punto de vista de las estructuras administrativas o de los contenidos de los distintos subsectores, sino desde el trabajo que el maestro entrega en el aula. Sin buenos salarios sin inversión nuestros profesores no pueden ser profesionales con vocación y liderazgo, que se comprometan con el proyecto educativo. Esos atributos no se aprenden solo en la academia, sino que corresponden a competencias transversales que deben transformarse en requisitos esenciales de nuestros educadores. Para ello, se hace indispensable que exista un modelo de certificación de estas competencias, tanto para los educadores, un sistema que los alumnos puedan recurrir en caso de abusos, para ser fiscalizados y que los procesos evaluativos sean realmente transparentes y efectivos. Es necesario reducir el número de alumnos por aula, y ser intensivos en el uso de herramientas tecnológicas. En resumen, se necesita mejorar el gasto efectivo en educación, pero mejorando la productividad de cada peso gastado. Singapur, quien tiene uno de los mejores desempeños del mundo en evaluaciones de la calidad de la educación, gasta menos en educación primaria que 27 de los 30 países miembros de la OCDE. Como se puede apreciar, la mejora del sistema educativo requiere no solo más recursos, sino también un cambio de la mentalidad de los actores, partiendo por el Estado, sustento fundamental de la estructura del sistema. En conclusión, un Estado de Chile moderno no se fundamenta solo en la firma electrónica, el e-government, la ventanilla única o la profundización del sistema de administración civil del Estado. Son necesarios, es verdad, pero la verdadera modernización implica un cambio real a las estructuras básicas sobre las cuales este se sustenta.