Cómo el empresario toma buenas y mejores decisiones

Cómo el empresario toma buenas y mejores decisiones

Por Bernardo Javalquinto
Economista

Domingo, 01 de Agosto de 2010

Dicho está que la curva de aprendizaje nos permitirá tomar buenas y mejores decisiones las cuales, sin embargo, no están libres de ciertos riesgos inherentes al mundo competitivo y veloz que rodea a las empresas de hoy. Este riesgo no nos debe asustar y no tenemos que dejar amedrentarnos por él, sino que debemos tener la proactividad suficiente para controlarlo y mitigarlo. La “ley universal” de los negocios nos dice que a mayor riesgo mayor ganancia o rentabilidad, pero esto no quiere decir que tomemos riesgos de manera irresponsable esperando tener una mejor rentabilidad, ya que podemos perderlo todo. Debemos ser capaces de identificar los riesgos, asociarles índices y hacerle seguimiento sin perder el control sobre ellos, ya que son inherentes al entorno competitivo en el que estamos viviendo cada día como empresa. Así, hay muchas variables que hay que manejar para la toma de decisiones donde haya riesgo involucrado. Debemos conocer nuestras alternativas financieras a la hora de tomar decisiones y también lo que la alternativa escogida nos va a dejar como ganancia. Debemos estar seguro de que nuestros proveedores nos seguirán en las decisiones tomadas y que nuestros clientes aceptarán las nuevas ofertas con valor agregado. Así, con toda la información en la mano, el apoyo de nuestros proveedores y capital humano, y la seguridad de que nuestros clientes tomarán nuestra apuesta de darles mayor valor agregado podremos tomar decisiones con alto riesgo asociado, pero controlado al fin y al cabo. Curva de aprendizaje y riesgo en las decisiones son 2 variables que van de la mano ya que la primera puede impactar de manera importante a la segunda. Pero, ¿podemos sobrevivir y llegar más lejos colocando atención en estas variables? Evidentemente que sí, pero no cabe duda que agregando otros componentes a nuestra gestión empresarial podremos llegar más lejos aún. En este apartado nos referimos al importante componente de la cooperación entre empresas. No solamente debemos ser cooperativos en nuestro trabajo colaborativo interno, con nuestros proveedores y clientes. Debemos ser capaces de mantener relaciones de cooperación incluso con nuestros competidores, y para esto hay que ser buen estratega e inteligente a la vez, ya que esta cooperación debe llevar al resultado win-win. Lo más fácil -comparativamente hablando- es establecer la cooperación interna entre los empleados de las diferentes áreas, de manera de actuar como una organización “de un solo bloque”. Esta cooperación interna nos permitirá ser más competitivos ya que todas las áreas estarán alineadas con la estrategia de sus unidades estratégicas de negocio y la estrategia corporativa. El mayor desafío, en cambio, es establecer cooperación con nuestros competidores. El establecer alianzas estratégicas y lograr acuerdos en los precios a cobrar, incluso en los segmentos de mercado que cada competidor abarcará, no es una tarea trivial. Todos quieren ganar y esto dificulta la cooperación entre empresas competidoras, pero hay que hacer el esfuerzo y no entrar en guerras de precios que pueden dejar a muy mal traer a las empresas que se encuentran en la pelea. Un caso emblemático de lo anterior lo constituye la famosa “guerra de las colas”, donde los gigantes de las bebidas de fantasía llegaron al extremo de vender sus productos a precios que estaban por debajo de los costos de producción, poniendo en riesgo su propia sobrevivencia. Estos gigantes, Coca-Cola y Pepsi-Cola sin embargo comprendieron que debían ponerse de acuerdo y cooperar, y de esta manera hoy siguen compitiendo rudamente pero con ciertos acuerdos de cooperación entre ellos que les permite enfrentar de mejor manera el mundo competitivo de hoy. Debemos aprender de estos ejemplos y ser inteligente en la toma de decisiones, sobre todo cuando nos damos cuenta de que hay situaciones en las cuales el tener pactos de cooperación con competidores nos dará mejores resultados que competir ciegamente y de manera solitaria. El mercado alcanza para todos.