Tuesday, December 28, 2010

Empresas competitivas y veloces

Empresas competitivas y veloces

Por Bernardo Javalquinto
Economista
Lunes, 26 de Julio de 2010
Dentro de las organizaciones el hacer las cosas mejor, eficientes y más eficaces, es todo un desafío para poder competir en un mundo globalizado. Dado que la competencia de hoy es global, es evidente que los competidores están tratando de sacar ventaja sobre el resto, y desde ese punto de vista las empresas no deben quedarse dormidas en los laureles. Deben desplegar todas sus energías para poder marcar la diferencia a través de la generación de valor en sus productos y/o servicios, de tal forma de satisfacer las necesidades del Cliente y poder sorprenderlo más allá de sus expectativas.
En este sentido, las empresas necesitan ejecutar cada vez mejor sus procesos internos y actuar rápidamente en la toma de decisiones. En este punto resalta una pregunta interesante: ¿cómo lo podemos hacer? Claramente hay muchas respuestas que responden a esta interrogante, pero sin duda que una respuesta acertada tiene relación con el aprender. Así, un instrumento interesante que puede graficar esta capacidad organizacional es la curva de aprendizaje, la cual refleja la capacidad y rapidez de una empresa para aprender en el tiempo. Esta curva de aprendizaje puede tener dos miradas: la mirada interna y la mirada externa.
La mirada interna tiene relación con mejorar nuestros procesos internos para ser más competitivos. Tiene que ver con aprender a hacer bien las cosas, y una vez que estén bien hechas, mejorarlas. Así, la llamada a la eficiencia hace este aprendizaje interno un camino sin fin, sobre todo cuando nos apoyamos en herramientas de tecnologías de la información que cada vez nos sorprenden más con su capacidad de apoyar los procesos productivos, administrativos y la toma de decisiones de alto nivel.
Esta capacidad de aprendizaje interna, esquematizada en una curva de aprendizaje, nos entregará conocimiento útil sobre nuestros clientes, nuestros proveedores, nuestro capital humano y el entorno externo donde se sitúan nuestros competidores, y una vez que tenemos este conocimiento recién podremos tomar buenas decisiones en el ámbito competitivo donde nos encontremos.
Por otro lado, este conocimiento nos permitirá ser más eficientes en el diario quehacer, podremos conocer en profundidad nuestros procesos, nuestros costos, las necesidades de nuestros clientes y proveedores de tal forma de ser cada vez más eficientes y eficaces. Sin embargo, la capacidad de aprendizaje nos permite otras cosas interesantes, como la posibilidad de expandirnos a nuevos mercados (nacionales e internacionales) dado el conocimiento interno que tenemos y que nos hace competitivos.
Nuestra capacidad de aprendizaje empresarial debe ir más allá de las entidades ligadas a “la mirada externa”. En esta mirada externa debemos ser capaces de mirar a los mejores actores empresariales a nivel mundial y rescatar las cosas que ellos han hecho bien y adaptarlas a nuestros procesos internos. Esta mirada externa es muy importante en cuanto nos permite aprender de los que hacen bien las cosas, y en consecuencia, aquí también existe una curva de aprendizaje que los directivos de una empresa deben mantener. Esto no es solo a nivel empresarial, sino también a nivel de dirección de país. Al interior de las empresas es lo mismo, necesitamos aprender rápidamente de las mejores compañías a nivel mundial, ver cómo cimientan sus éxitos y tomar lo mejor de sus prácticas.
Para esto hay que saber ver, hay que saber aprender, hay que revisar nuestra curva de aprendizaje. En la medida que nuestra curva de aprendizaje externa e interna sea lo más exponencial posible podremos ser más eficientes y tendremos la información y conocimiento para ser más veloces en la toma de decisiones dentro de un mundo extremadamente competitivo y veloz.

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